lunes, 8 de abril de 2013

El BCG y la medida de todas las cosas


El otro día buceando por Linkedin cayó en mis manos el artículo de Caroline Mancioppi sobre una encuesta que había realizado el Boston Consulting Group, y como en principio siguen siendo una referencia interesante (y aun estando en francés es lo suficientemente corto como para atreverse con él) lo estuve leyendo. Me pareció curioso, y obtuve varias conclusiones:



En una primera lectura, podría parecer que en Recursos Humanos, sean del país que sean, no nos gustan las métricas, nos suena mal eso de “monetarizar” nuestras acciones y nos salen sarpullidos con la simple idea de inventariar personas, actividades, etc. La pregunta es: ¿Por qué sigue pasando eso? Hay muchas ocasiones en las que nuestros jefes no esperan de nosotros ese tipo de información, y la sorpresa les hace “descolocarse”: cuando una pyme va adquiriendo masa crítica y decide poner en orden sus RRHH, los primeros datos pueden poner en evidencia fallos ocultos, y hace falta mucha humildad para asumir que determinadas decisiones no fueron acertadas. El paso a la gestión, de lo que sea, implica asumir el control y el seguimiento de las acciones, no sólo hacerlas más brillantes, y cuando lo que gestionamos son políticas de personas a veces no es sencillo de ver. Tampoco ayuda el hecho de que mucha de la información numérica que podemos presentar (recordemos que somos un área soft) no muestra relaciones causales entre los datos, sino correlaciones más o menos marcadas: si le dices a tu jefe que cuantos más y mejores son los comentarios de la evaluación del desempeño de su equipo mejores son los resultados obtenidos en el año siguiente, puede contestarte fácilmente que “eso habría que verlo” o cosa parecida.


Por otro lado, los resultados de la encuesta muestran que la función de Selección (extendida, incluyendo los procesos de acogida, marca del empleador y gestión y fidelización del talento) es la que más impacta en el negocio. Entiendo que para que este impacto sea positivo, quienes realizan estos procesos tienen el suficiente conocimiento del negocio y de la organización como para realizar una selección de lo que verdaderamente hace falta, y no simplemente una ”selección por clonación” (contrato al que más se parece a mí, o a quien antes ocupaba este puesto); "por inversión" (como el último no funcionó, voy a buscar a la persona que menos se le parezca) o la última moda, “subasta del puesto” (contrato al más barato). No merece la pena ni mencionar la sensación de compromiso de estos últimos (o su ausencia), de desorientación de los segundos, ni de “dominio absoluto” de los primeros. Ojo, hablo de sensaciones, no de realidades. Cualquiera de las tres técnicas antes mencionadas puede tener un impacto demoledor en la organización.



Y por último, BCG muestra un estudio longitudinal a lo largo de 10 años, correlacionando las empresas cuyos departamentos de RRHH son mejor valorados (algo similar al GPTW) con la variación de sus acciones en bolsa: la media de sus subidas es de un 109%, mientras que el resto de las Top 500 Fortune se quedan sólo en el 10…¿algo que comentar? ¿algo que cuestionar acerca de la importancia de seguir midiendo, observando, cuantificando…que le damos algunos?

Al final, va a ser verdad eso de que las personas son el mejor activo de las empresas, ¿no creéis?
 

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