lunes, 8 de abril de 2013

¿Se abre la veda del formador interno?


Hace unos meses, alguien compartió en internet el artículo sobre la prioridad de los formadores internos en los presupuestos de formación. Al poco, quedé con una amiga que también se dedica a estas cosas porque están revisando la formación de sus formadores internos y que hablásemos un poco del tema. Una cliente me cuenta que “los formadores internos me tienen loca”, otra quiere montar un curso de creatividad para formadores internos…todo apunta a que la veda está abierta.


Es verdad que el ambiente general de control de costes avala este “movimiento internalizador”, pero los efectos de la Formación se ven en el medio y largo plazo, y hay algunas pautas que debemos seguir si no queremos que se nos vuelva en contra.

¿Quiénes son los mejores formadores? ¿Qué cualidades debe tener alguien para ser buen formador interno?: básicamente dos, y muy fáciles de identificar:

  • Que domine y le guste la materia a impartir: eso le hará no sólo mantenerse continuamente actualizado, sino que contribuirá a “despertar la pasión” de los alumnos. En los cursos de Presentaciones Eficaces pido a mis alumnos que hablen de sus aficiones e intereses; he visto informáticos dando apasionadas charlas sobre batallas medievales, policías explicando qué es y para qué sirve la prima de riesgo, muchas charlas sobre viajes y sobre fiestas patronales…pero vibrar explicando las metodologías de desarrollo de software, consiguiendo un ambiente como el de un mitin en plena campaña electoral, sólo se lo he visto hacer a una persona. Y la clave de esto era, aparte de sus capacidades como orador, por supuesto, porque vivía cada palabra que decía.

  • Que quiera compartir su conocimiento. Ojo, no me refiero a los datos, que se puede encontrar en una biblioteca o en la Red, sino a lo que Takeuchi y Nonaka denominan Conocimiento Tácito. Esta actitud tan 2.0 va más allá de las herramientas y tecnologías que se utilicen: es lo que hacían los maestros de los gremios con sus aprendices, es cómo las abuelas pasan a las madres y éstas a las hijas las recetas de la familia…. En este sentido, no perdamos de vista todo lo que cuenta Jay Cross respecto al “Aprendizaje Informal”, ni los estudios acerca del modelo de enseñanza 70/20/10, desarrollado por Morgan McCall, Robert W. Eichinger y Michael M. Lombardo, del Center for Creative Leadership, de la Universidad de Princeton.

Y ahora que tenemos a nuestros formadores apasionados por la gallinotecnia, los mercados de derivados, o los sistemas de tributación de las Tierras Medias, ¿qué hacer con ellos? ¿Cómo “mantener encendida la llama del amor” (pedagógico, se entiende)? Pues como casi con todo, pensando un poco más en ellos y un poco menos en nosotros (departamento de Formación y/o Gestión del Conocimiento). Por ejemplo:

  • Hacerles sentir importantes, reconocer su esfuerzo y su trabajo: darles las gracias, y un poco de visibilidad. Aquí las comunidades de práctica pueden ser de gran utilidad, como muestra el estudio de Moebius Consulting , no sólo por cómo mejoran la eficiencia de los formadores sino por la potenciación del sentido de pertenencia y orgullo corporativo que se produce. Y ya si podemos  asociarlo a objetivos profesionales, y/o compensando de alguna otra forma (puntos, regalos, cursos…incluso dinero) sería perfecto.
  • Hacerles la vida más fácil. Ellos saben de lo suyo, y nosotros de lo nuestro: facilitarle el acceso a metodologías y procedimientos didácticos asociados a su materia, ni más ni menos. Ayudarles con plantillas, estructuras y soportes que sean eficientes y fáciles de usar, para que puedan hacer llegar su conocimiento al resto de la Organización. He visto repositorios corporativos sofisticadísimos e intactos, mientras los formadores compartían en un dropbox documentación mucho más a simple, fuera de algunos de los parámetros de la Imagen Corporativa, pero adaptada a sus necesidades.

  • Y si hace falta, ayudarles a entrenar a la hora de hablar en público, de dinamizar un foro de internet, de llevar una sesión de dudas a través de videoconferencia…esas herramientas transversales que a veces pueden ser tan antipáticas.

  • Preparar una formación es como preparar un concierto: te lo estudias, pruebas un trozo, lo cambias…requiere mucho tiempo y esfuerzo. Démosles tiempo para prepararlo, y la posibilidad de recuperar esta “inversión” con varias ediciones.

  • Asegurarnos de que nuestra inversión se rentabiliza: hacer un seguimiento de la calidad de los cursos impartidos (no sólo satisfacción, sino transferencia al puesto de trabajo); valorar hasta qué punto los formadores aplican las técnicas en que se los capacita, las estructuras creadas…

Creo que si mantenemos estas ideas en la cabeza, conseguiremos no sólo “cazar” a los mejores formadores, sino “aclimatarnos a nuestro entorno y no mueran en el intento de mejorar el conocimiento de la Organización que al fin y al cabo es para lo que buscamos, ¿o no?

2 comentarios:

  1. Uno de los mayores retos de los formadores internos es cómo mantener la tensión y el interés a lo largo de los años, considerando que se trata de los mismos formandos una y otra vez...

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  2. Gracias por tu comentario Fernando.
    Tienes toda la razón. El efecto "hombre orquesta" es un riesgo importante en especial para las personas que se dedican en exclusiva o casi a la formación dentro de una organización concreta, y eso demanda al formador ser riguroso a la hora de diferenciar al máximo sus formaciones (contenidos, imágenes, dinámicas...incluso los chistes). Adicionalmente, yo me estaba refiriendo más a aquellos expertos (financieros, informáticos que implantan aplicaciones, etc) que ocasionalmente pero con recurrencia tienen que impartir formación a sus pares. Últimamente estoy impartiendo bastante "Formación de formadores" en las que consumimos medio curso explicando cómo cumplimentar adecuadamente la plantilla de una unidad didáctica, características que debe cumplir toda la documentación a entregar, evaluación...para un total de 15 horas efectivas impartidas al año. He visto "apóstoles" persistentes de muchas causas, pero a veces, parece que se les pide la inmolación, y a eso ya no están tan dispuestos.

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